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miércoles, 20 de septiembre de 2017

Esperar

El hecho de que la vida esté en constante movimiento y el ser humano tenga el tiempo muy contado, sin saber con certeza cuánto exactamente, le hace vivir de una manera frenética, y muchas veces casi sin pensar en lo que está haciendo, si le conviene o si es positivo para él.

Y aunque yo siempre en esta vida invito a actuar de una forma activa y acuciante, debido a los cambios que debemos realizar para nuestro beneficio personal, la sociedad y el planeta que sufre en general, también es cierto, que no siempre tenemos que proceder de la misma manera, bien porque a veces no podemos o no sabemos por dónde tirar en una situación concreta.

Por eso, hay momentos en los que simplemente hay que relajarse y esperar, pues en ocasiones llegamos a un muro infranqueable que por mucho que lo intentemos, no nos va a dejar pasar, o después de haber hecho todo lo posible con un problema, no sabemos que podemos seguir haciendo para solventarlo. Esto produce un sufrimiento y una impotencia, que sinceramente no lleva a nada bueno y aunque la preocupación te está pisando los talones, no por eso, vas a llegar a resolver todo más rápido, es hora de aguardar un cambio de vientos que sean más favorables.

Entonces, como decía, en estas situaciones lo único que queda es sentarse y esperar… - ¿esperar? -, sí, - ¿cómo te puedes quedar quieto mientras una ola gigante avanza hacia a ti? -, ¿parece ilógico verdad?, pues cuando seas capaz de aquietar tu mente, tu cuerpo, relajarte y dejes el tiempo simplemente pasar, sin más propósito que el de agotar tu existencia si hiciera falta, sin miedo a nada, comprenderás que nuevas oportunidades volverán a surgir, inéditas respuestas saciarán tantas preguntas.

Todo esto es necesario porque no sabemos escuchar, no sabemos atender a lo esencial de las cosas, no vemos más allá de lo evidente y por supuesto no llegamos a entender en sí, nuestro significado como seres que existen. Siempre nos vamos a los extremos, complicamos las cosas más sencillas y pervertimos las preguntas más importantes, negando la realidad más lógica.

¿Sabes?, si miráramos más al cielo (y no me refiero a pensar en ningún dios precisamente), si aprendiéramos a focalizar la luz del sol, de la luna y el brillo de las estrellas en la oscuridad insondable de la noche… si fuéramos capaces de captar como un telescopio o un radar, todo lo que el universo nos transmite, aun sabiendo tan poco de él, te aseguro que seriamos mucho más sabios y reinaría en nosotros ese sentido común, que poco se encuentra ya entre los hombres; pues este entendimiento no tiene por qué radicar en su conocimiento científico, estoy hablando de algo distinto, de algo mucho más profundo, que todo ser vivo, por el hecho de estarlo, puede sentir esta conexión con el cosmos.

Porque cuando piensas con esta mentalidad, todo lo que ocurre en tu vida está por debajo, aunque no por eso deja de ser importante, con esto lo quiero decirte, es que la mitad de los problemas que tienes, en realidad son tonterías, banalidades y estupideces. De la otra mitad, más de un veinticinco por ciento tiene fácil solución y solo la última mitad de todo esto, se pueden considerar contrariedades dignas de prestarle atención.

¿Qué ocurre?, que si mezclas todo esto dicho anteriormente no puedes reaccionar, demasiado ruido en tu cabeza y para colmo, no paramos ni un momento con tanto estrés, vamos por la vida agobiados, pegando patadas y siendo esclavos de todo el que tiene dinero… qué absurdo, ¿te merece la pena?.

Ten siempre la cabeza en su sitio, que no significa hacer lo que hacen los demás, más bien es al contrario y cuando entiendas que formas parte del universo y este de ti, que sois la misma materia y que hasta tú finalidad es la misma; empezarás a ver la realidad, a desechar tantas tonterías de las que se rodea el ser humano, comenzarás a apreciar toda clase de vida, te sentirás más tranquil@ y más alegre. Las decisiones serán más fáciles de tomar, comprendiendo que no puedes cambiarlo todo, pero si puedes mejorarlo, iniciar una diferencia, para ordenar tu vida y la de los demás, aquellos que quieran escucharte y que sus vidas anden patas arriba.

Al igual que es una locura andar en una casa a oscuras y que no conoces, pues acabarás herido o muerto, si en tu vida se ha levantado una densa niebla, o una tiniebla escalofriante, amig@ lo mejor es que no te muevas, pues acabarás aún más perdido, espera… tranquilo… ¡no te muevas…ten paciencia!, espera… deja que se disipe la confusión, observa a tu alrededor, siente de una manera distinta, que te permita ver lo que era invisible y seguir tu camino tomando la decisión más acertada, aunque eso te tome un tiempo de tu vida, que te parezca desperdiciado. 

Todo esto y mucho más puedes llegar a alcanzar, por el mero hecho de saber esperar en ciertos momentos, algo tan complicado para el mundo actual y que se ha convertido en una necesidad básica, pues lo que te digo no es filosofar por filosofar, esto algo muy serio e importante, porque tu felicidad y la de los tuyos, depende de la capacidad que adquieras… para entender, que solo a veces cuando uno se detiene, es cuando realmente comienza a andar.

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