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miércoles, 25 de octubre de 2017

Maquillaje

En esta sociedad en la que vivimos, todo se ha convertido en pura cosmética, ante la cruda realidad de la que participamos como unidad, la única solución que tomamos cada día, es rellenarla completamente de colores, parcheamos todos los defectos, cogemos la brocha de la mentira y repartimos maquillaje a discreción hasta que una capa gruesa de pintura no nos deja ser consciente de la verdad.

Polvos y coloretes llenos de envidia, pintalabios egoístas, cremas envenenadas de todo tipo, sombras de ojos hipócritas, correctores falsos, pintauñas detestables, lápices de ojos llenos de ira, máscaras deformantes, pinzas hirientes, etc., que forman una amalgama y te convierten en una bestia, pues sabiendo todo lo que hay a tu alrededor, le giras la cabeza como si no fuera contigo, y no tuvieras la culpa.

Maquillamos lo que no nos gusta, a los feos y feas, gord@s, deformes, ancian@s, pobres, lo que no nos interesa, lo que nos incomoda, a los que piensan distinto a nosotros, los que no siguen los cánones establecidos, las guerras, los maltratos, a los enfermos, y hasta la misma muerte, con tal de aparentar vivir en un mundo maravilloso.

Es insultante muchas situaciones que he vivido, como por ejemplo, que muchos padres no quieran que su hijo, vea la foto de un toro de una corrida, que en España por desgracia es muy normal, porque puede traumatizarle, apartándole de la cruda realidad, pero luego se le deja al niño ver las atrocidades que salen en las noticias, en las redes sociales, divertirse con juegos violentos, ver películas bélicas o de una edad inapropiada para ellos.

Hay muchas fotos que deberíamos enseñarles a los niños, muchas verdades que tendríamos que contarles, para que luego alzaran la cabeza, te miraran con sus ojos y te preguntaran, ¿por qué ocurre eso, por qué lo permites…?, pero es demasiado incomodo, ¿verdad?. Comentarle lo sinvergüenzas que somos, ladrones, asesinos, cómplices de tantas maldades que se cometen cada minuto en la tierra… demasiado cruel para un niño, es mejor maquillarlo todo, mentir u omitir la verdad, y ya cuando sea mayor y no pueda cambiar, que sé de cuenta de la realidad por si sol@, sintiendo una enorme frustración e impotencia.

Hay que ser de la más baja calaña, para querer pintar a base de mentiras e ignorancias un mundo en blanco y negro, millones de personas y animales que mueren cada día de forma horripilante, mientras tú te dedicas a ver la televisión para olvidarlo todo o poner morritos delante del móvil mientras te haces un selfie, para que todos sepan lo “feliz” que eres en las redes sociales.

Tampoco entiendo que hay que tener en la cabeza, para traer a un niño a este mundo tan masacrado y enseñarle la misma mierda que te inculcaron y que continuas traspasándole en vena, para crear un monstruo, un parásito más de este trozo de roca devastado solo por tu culpa.

¿Cómo podemos taparles los ojos a los jóvenes y mentirles con un mundo feliz imaginario?, es que, ¿tan tontos los consideras?, a la sangre de tu sangre, ¿no entiendes que les estás perjudicando?, ¿no comprendes que les estás quitando la alternativa para cambiar el mundo?, con ese comportamiento tan “tierno”, los estás reventando e hipotecas su futuro, para que al final sufra incluso, mucho más que tú.

¡Ay que estupid@ eres!, tú que te crees que eres tan list@ y todavía no has entendido nada, que te convencen los medios de comunicación con cualquier noticia, los ricos, los políticos y demás basura, con su maquillaje esperpéntico de luz y color… todo es mentira… nada de lo que te dicen es verdad… pero tú les sigues como un/a borreg@, te resistes a los cambios y te crees poseedor de la verdad más absoluta.

Tss… ¿qué más quieres que te diga?, si por mucho que te cuente no vas a cambiar nada en tu vida, no piensas sacrificarte ni un poquito, si vas a seguir creyendo en un dios sin cuestionártelo, si no vas dejar esa alimentación tan horrorosa, si no vas a dejar de comprar tantas estupideces, si lo único que haces es criticar por donde quiera que vas, si no condenas las tradiciones que maltratan a los animales, si no ayudas a nadie, si pasas de todo, si te importa una mierda lo que ocurra a tu lado, si sigues apoyando a los mismos políticos… si… si hace ya tiempo que cerraste tu mente y ni siquiera piensas por ti mism@, como si estuvieras muert@.

Lo único en lo que te has especializado es en ser un/a buen/a maquillador/a de la vida, donde todo lo que te escandaliza lo pintas, lo camuflas para no verlo, como si eso fuera a solucionar los problemas… llevas toda tu vida igual, disfrazando realidades, pasando de puntillas por delante del horror, a ver si con suerte no te toca a ti. 

Deja ya esa absurda afición de embustes, que no te deja ser feliz, que te hace pensar que eres buena persona, porque no es así. El día en que realmente estés dispuesto al cambio, y dejes atrás estos perfumes baratos y polvos mal echados, entonces podrás decir, que realmente algo nuevo nace en ti, pues como realmente te ves más bell@ es al natural, nada de toda esta patraña que la sociedad y el sistema te inculca cada día. Tu opinión diferente es la que sirve, date cuenta lo importante que eres, que no te hace falta venderte como si fueras una putilla barata, o un esclavo sin luz en los ojos hasta la muerte y rendirte ante lo que quieren que hagas, ante lo que no desean que veas. 

¡No colabores en todo esto!.

Es hora de que tomes el desmaquillador en tus manos, y te quites tantas capas de pintura, para que te dejen ver la realidad y luego ayudar a otros también a desmaquillarse, para terminar limpiando el mundo de tanta hipocresía y una vida tan insustancial, en donde siempre haces lo mismo, año tras año y con esa rutina morirás.

Hazlo por ti, por los jóvenes, por tus hijos a los que “pintarraqueas” hundiéndolos en la misma basura en la que vives tú y tanto te quejas, ¿no te da vergüenza, no ves cómo se degradan cada vez más rápido?, hazlo por el planeta y la vida que hay en ella, no sigas jugando con algo tan serio, millones de vidas inocentes están en juego; apártate de todo lo que te perjudica, despierta a una nueva forma de vivir, no te conformes. Para que algún día puedas llamarte un adulto de verdad, que no se esconde tras un maquillaje mortal, ni participa de la mentira y la indiferencia del ser humano mas vil, en pleno siglo veintiuno.


Por eso, no limites a tu hijo, a los jóvenes, a tu propio aprendizaje, porque ellos nacieron en otra época diferente, aunque no te lo parezca, los niños tienen que ser educados, pero también se deben de dejar que se eduquen a sí mismos, para que encuentren una nueva esperanza, para que no tomen el mismo camino que tú, pues ya estás infectado y destruido por dentro, el hedor de tu pasotismo solo servirá para que los condenes hasta su muerte; para que no sean marionetas falsamente maquilladas, con una risa pintada, amargamente disimulada, que deformará tristemente su inocencia, hasta las maldades y egoísmos, propios de la sociedad que has construido. No los mutiles, no tienes derecho a hacerlo, ellos deben cambiar todo esto, reflexiona…


miércoles, 18 de octubre de 2017

El día de la marmota

Son las cinco de la mañana, suena el despertador, ¿eh, qué pasa, qué es esto?, ¿dónde estoy?, ¿qué es la vida?... el mismo sonido estruendoso que tienen todos estos aparatos del infierno me perfora los oídos, extiendo la mano para apagarlo, a ver si con suerte lo hago a la primera, - a ver… ¿pero dónde está?... todas las mañanas igual -, al final pego tres manotazos más y deja de sonar… el silencio se hace otra vez en la habitación, y lo único que quiero es quedarme un rato más porque no he descansado una mierda... cuando no es la espalda, es el cuello, primero tenía calor y luego frío, desde luego parece que tengo la menopausia… pero si soy un tío joder, además tengo treinta y ocho años, todavía no me habría llegado… ¿pero qué estoy diciendo?.

Como se nota que aún no me he despertado del todo… me pongo sentado en la cama con los ojos cerrados, todavía calentitos, invitándome a la horizontalidad, ¡qué mal!... ya empiezo a recordar quién soy y cuál es mi destino en esta vida, que nada tiene que ver con la peli del superhéroe que vi ayer por la tele…

Me levanto a trompicones y a oscuras, para no despertar la bella personita que me ha deleitado con un concierto nocturno, creo que era la sonata de claro de luna, pero reversionado un poco… un poco mucho diría yo… no hay nada que hacer, ni tiritas mentoladas, ni fundas de silicona, empujones o demás “sutiles advertencias” de que ¡no puedo dormir!. Pero no pasa nada, no paaasa nada, esto forma parte del amor… en fin, me pego con el sinfonier como siempre, en el dedo chico claro está (me aguanto el gritito), esto una costumbre que tenemos este mueble y yo, él se pone delante de mí todas las mañanas y yo lo acaricio con mi dedito, es como una relación amor odio, pero vamos tirando.

Cierro la puerta del baño principal despacito y enciendo la luz, ¡flash!, voy poco a poco recuperando la vista, que yo creo, la verdad, que esto repetido cada día, no puede ser bueno para la salud, pues va quemando la retina lentamente; veo algo reflejado en el espejo, algo que se parece, se intuye una supuesta forma humana, y entonces al verme la cara, se me viene a la cabeza aquella película interpretada por Bill Murray, el día de la marmota, en donde un reportero queda atrapado en un bucle temporal, y siempre repite el mismo día en un pueblecito bastante empalagoso para él, condenado a vivir todos los días, la misma jornada.

Pues así me siento yo, una cárcel impuesta en donde después de cada paso que doy, se cuál va a ser el siguiente… me lavo la cara, me visto, salgo a oscuras otra vez al dormitorio (es curioso porque ya no me pego con el sinfonier, ¿se echará a un lado?, umm, no sé), salgo al pasillo, cierro la puerta, bajo las escaleras a oscuras, porque como encienda la luz, se despiertan los gatos que tengo en la habitación de arriba y empiezan a maullar… así que desciendo sin ver nada, jugándome la vida, como los especialistas del cine, hasta llegar a la entrada, paso a la cocina y me tomo el desayuno, que me lo han dejado preparado, (¡ooh!, también eso es amor), un zumito, un vaso de chocosoja y alguna galleta, mientras las ojeras me llegan al suelo… quiero empezar a pensar, pero aún no puedo, hay un vacío en mi cabeza demasiado grande, y es que es un crimen levantarse a las cinco de la madrugada.

Tomo la maleta y salgo al patio, mi perro me recibe contento, le acaricio la cabeza y me dirijo hacia la cancela, lo miro y le digo – tú sí que vives bien chaval, voy a ganar el sueldo para comprarte la comida -, y al cerrar la cancela, escucho la tumbona, me detengo, abro otra vez la cancela y me encuentro al perro tirado en la tumbona del patio patas arriba para seguir durmiendo, me mira con la lengua fuera y caída hacia un lado… ¡no tiene guasa el perro!, en fin, me voy que llego tarde.

Ese es el inicio de mi día a día, contado siempre con un poco de humor, porque sin él estamos perdidos, pero dejando al lado la parte cómica, si es verdad que así veo todo lo descrito, y pienso que toda esta rutina diaria en el pasar de los años, no es vivir la vida. Realmente estamos sumidos en esta esclavitud que nos aleja totalmente de lo esencial, durante tantas generaciones hemos asumido todo esto como lo que debe de ser, lo tenemos tan metido en el cerebro, que malgastamos cada latido en obligaciones, que no deberían serlas, o al menos, no como nos impone este sistema capitalista.

Y cada año que pasa, te vas hundiendo más y más, agachas la cabeza ya que no hay salida posible, todo sigue igual, año tras año la misma rutina - y da gracias de poder hacerla -, me dicen, ¿pero merece la pena una existencia así?. Nos ponen una ventana con la que nos distraemos, la televisión, la consola e internet en donde puedes vivir mil vidas ficticias… donde nos dan golosinas tecnológicas y una vez al año vacaciones para desconectar de todo.

Y ese todo induce al egoísmo, a ser esclavos, producir y producir, como hace una vaca para nosotros, que pena, tanta genialidad, tanto poder, encerrado en un sistema que te hace revivir lo mismo cada día y además, te convence de que debe ser así y tienes que estar content@... eso para el que puede, pues hay millones de personas y seres vivos que vivir en este eterno día es el peor de los infiernos.

Pero da igual, vivirás los años que sean, harás lo que te digan, pasarán los meses y sufrirás, protestarás con la boca cerrada, y seguirás reviviendo este día de la marmota , el mismo, hasta que tu cuerpo no pueda más… este es el justo castigo que te mereces, por haberte conformado así, cada vez que te levantas de la cama y no haces nada por cambiar el mundo… ya estás encerrado, el bucle se repite una y otra vez, ten por seguro que tú morirás en él.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Pena de muerte

Hablar de la condena a muerte es algo que en principio parece muy claro, solo trae consecuencias negativas y tampoco es que sirva de mucho, tan solo para apagar la sed venganza, de una justicia que no parece medir con equidad, sino más bien con odio justificado.

Pero fuera parte de los buenos propósitos, las palabras correctas y lo que se quiere escuchar… a veces pienso… dada la sociedad en la que vivimos, ¿no sería bastante lógico implantarla?. Es ya conocido, que los hombres actúan civilizadamente en una sociedad, porque hay unas normas que tienen que cumplir, y digo otra vez, tienen la obligación de acatar o de no violar, pues sino, el peso de la ley caerá sobre ellos.

Aquí en España tenemos un ejemplo bastante claro, los mismos jóvenes ingleses y alemanes que en sus países se comportan con una actitud correcta, cuando llegan a España de vacaciones, por ejemplo en Mallorca, se desmadran hasta el punto de poder perder la vida, y sin embargo, en su país no se portan así, ¿qué es lo que ocurre?, ¿por qué una misma persona puede proceder de dos maneras tan distintas?... está claro, las leyes, sus normas allí son más restrictivas y aquí en España, como ya sabemos, son menos exigentes y tampoco se hacen cumplir, por tanto desmadre total.

Así que, las leyes de un país, conforman el comportamiento de una sociedad…

Si entendemos que vas tan tranquilo por la calle y en un intento de robo, o simplemente los típicos niñatos que solo buscan peleas, te quitan la vida, entonces, ¿qué ocurre?, porque esos descerebrados te han privado de lo único que tenías, tu existencia… así, porque les ha dado la gana y han dejado una familia rota, un marido, una mujer, hijos, novi@, madre, padre, etc., porque les apetecía divertirse contigo. ¿Qué hacemos con estos delincuentes?, ¿les obligamos a que paguen una indemnización?, ¿los encarcelamos unos años?... ¿y eso realmente qué va a cambiar?, esto no te va devolver tu vida, con todos los años de buenas cosas que te quedaban por vivir.

La vida es maravillosa y frágil, y no se puede reparar de ninguna manera, ni con dinero, ni con nada material, ni siquiera el castigo de estos asesinos. Más de una vez, he escuchado que al menos aquí en España, robar y matar sale muy barato… ¿increíble, no?.

Si hubiera una norma, tanto de cadena perpetua, como de pena de muerte, seguro que muchos se lo pensarían más veces, antes de cometer tales actos, además, sinceramente, una persona que mata a otra, lo que se merece es que muera también, pues ha violado lo más esencial, lo más valioso que tenemos, ¿no crees?. Te aseguro que si en este país a todo el que se le descubriera robando, se le cortara la cabeza, como hicieron los franceses para devolver la justicia al pueblo hace unos siglos, muy pocos se atreverían a alargar su mano, pero claro, llegar a esto, - ¡hombre estamos en el siglo veintiuno, esas cosas quedan muy atrás! -, sí, pero la mentalidad del ser humano no ha cambiado, sigue siendo igual de malo o peor que entonces.

En la actualidad hay unos 58 países que tienen vigente la pena de muerte, y es verdad que si analizamos los resultados de esta ley, pues no parece que retenga mucho a los delincuentes, ni haya descendido el nivel de criminalidad. No solamente eso, sino que se incurren en delitos más graves, ya que se aprovecha dicha ley, para quitarse de en medio gente inocente e incómoda para cierto grupos poderosos y corruptos.



Así que, para un mundo patas arriba tan lleno de maldad, ni siquiera sirve el ojo por ojo y diente por diente, donde la justicia en su forma más severa, al igualarse al mal que combate, sigue perdiendo… sinceramente no encuentro un sistema ni radical, ni intermedio, válido para atajar el problema de raíz.

Particularmente, creo que la única forma, tiene que ver con la creación de normas y su justa ejecución (que realmente se ejecuten), una educación social nueva, para evitar la delincuencia. Por tanto, solo una actuación preventiva, es la que podría combatir la delincuencia en general, pues una vez que el mal se ha generado, ya no hay remedio para reponer las pérdidas ocasionadas, ya sean vidas o bienes materiales. 

Por eso acabo diciendo, que no estoy a favor de la pena de muerte, pues creo que ni es la solución, ni nos hace mejores, ni el hombre es capaz de controlar algo tan serio, sin cometer errores sin querer queriendo. Pero también es verdad, que como ser humano, me pongo en la piel de un familiar al que le han matado su ser más querido, que ya nunca volverá a ver jamás… y me vuelven a surgir las dudas sobre esta pena terminal…

miércoles, 4 de octubre de 2017

Infoxicación

No sé si habrás escuchado alguna vez esta palabreja, desde luego es un término muy interesante, que muchas personas desconocen. Si buscamos una explicación sencilla sobre qué es la infoxicación, deberíamos decir que es la sobrecarga de información o exceso de ella, provocada por la profusión de contenidos en internet y demás medios de comunicación.

En pocas generaciones se ha multiplicado exponencialmente la información que podemos obtener en un instante, es algo impresionante y aunque esto tenga su lado bueno, también tiene una serie de consecuencias bastante perjudiciales, es la que ha producido esta infoxicación, que podría decirse que es la enfermedad de la sociedad digital de principios del siglo veintiuno.

Entonces, esta intoxicación documental, genera contradicciones que pueden afectar la forma en que la información es entendida, la toma de decisiones, así como saturarnos hasta tal grado, que incide de manera negativa, en el rendimiento, bien sea en el ámbito laboral, en el académico o la parte social. La peor consecuencia es que nos paraliza y nos impide avanzar hacia los objetivos que nos hemos propuesto ya sean individuales o colectivos como organización, por mera saturación informativa, de la cual muchísima es falsa o no vale para nada.

Estamos todo el día enganchados a los móviles, cuando llegamos a casa usamos también la tablet, el ordenador, la consola, la televisión… todo está conectado a internet, un intercambio de datos cada vez más veloz. Las redes sociales, cantidad y cantidad de información, mucha de ella inútil, que empacha nuestro cerebro hasta el punto de generar estrés y ansiedad, por querer saberlo todo al momento, con distintas fuentes de noticias contradictorias, que no se saben bien de donde surgen y si están corroboradas correctamente.

Actualmente hay apenas unos mil cuatrocientos millones de aparatos cotidianos conectados a la red, pero en 2020 se espera que sean ya más de cuarenta mil millones; por eso, es comprensible que cualquier persona, en su vida profesional o no, no sea capaz, o no quiera, validar las fuentes de donde proviene esa información. Es algo lógico, si cuando buscamos cualquier cosa en Google nos encontramos con, por ejemplo, 560.000 resultados, ¿quién es capaz de leer más de 4 ó 5 páginas de esta?, ¿quién tiene el tiempo suficiente para comprobar si los datos son reales?, es más, ¿alguien ha comprobado que realmente haya 560.000 resultados?. Y ya, para rematar, ¿a alguien realmente le importa si en vez de 560.000 hay 520.000?...

Todo esto nos hace entrar en una “demencia”, en donde lo que parecía bueno para nuestro cerebro, se convierte en todo lo contrario, pues aparte de generar ansiedad, estrés y dispersión, la demencia digital es una condición que genera una disminución de nuestra capacidad mental; es como llenar una habitación de trastos inútiles, que dificultan el acceso a ella y dejan a la habitación inhabilitada para vivir de una manera cómoda y ordenada.

En este mundo de grandes tecnologías de hoy en día, nada es posible de obtener sin la pérdida de algo a cambio, es aquí donde se centra parte del debate, por eso, yo creo que todos hemos empezado a experimentar situaciones en la que no recordamos cómo llegar a un determinado lugar, los números telefónicos que antes dominábamos y otras actividades cotidianas, que hemos delegado en algún dispositivo electrónico… estamos desarrollando algunos síntomas de este padecimiento, que afecta a la atención y el desarrollo de la memoria, peor aún, está demostrado que este déficit en el desarrollo del cerebro es irreversible, pues todo organismo tiende a la mínima energía, ya que nuestra red neuronal es muy plástica y pronto se amolda a lo que hacemos o dejamos de hacer por rutina, con las secuelas pertinentes que pueden dejar, claro.

Todo esto que es muy serio, y es que llega a una última consecuencia, la gente poderosa, que domina esta información, juega con nosotros para controlarnos a base de censura, mentirnos y confundirnos diariamente con tanta información cruzada. Dejándonos atontados e indefensos, faltos de criterio para poder tener una opinión y actuar, para tomar cartas en el asunto, alzando la voz y denunciando todas las atrocidades, que los políticos, empresas y organizaciones de todo tipo, comenten cada día contra nosotros… como resultado, egoísmo, sufrimiento, muertes y más muertes, mientras nos siguen narcotizando, mientras ellos nos violan de forma consentida repetidamente.

Y es que en el culmen de la infoxicación, en la máxima demencia posible, es que tanta información nos ha deshumanizado por completo, sin sentimiento ninguno, mientras vemos por la tele como caen las bombas en un país, que muchos no saben ni donde se encuentra en el mapa. Somos capaces de ver la tragedia humana y seguir comiendo a la hora de cenar, no hay nada que nos pueda quitar el apetito, totalmente insensibilizados ante tantas injusticias… mientras no te toquen a ti, ¿verdad?. Algo que unido a esta creciente tecnología, nos ha arrancado nuestra naturaleza, las raíces de la tierra y sinceramente nos da igual lo que le pase al planeta y a tantos seres vivos, total… para el poco tiempo que vamos a estar aquí, ¿cierto?.

Por eso, ya es hora de despertar, de saber usar la cabeza, y desintoxicarnos de este veneno, ¡vomítalo!, deja de ser tan dependiente de las redes sociales, de no creerte lo primero que veas, de que seas capaz de entender la perdida de habilidades que has tenido en estos últimos años. Hace falta que tiremos del cable, que te produzcas tú mism@ un apagón digital, para inducirte un reseteo que te devuelva a la tierra, a la misma realidad que ha sido ocultada ante tus ojos y empieces a vivir de una vez de forma adulta y responsable.

La tecnología no es mala, claro que no, pero es aconsejable reducir la cantidad de horas frente al móvil, de televisión y otras drogas neuronales… coge un libro, date un paseo, haz deporte, conoce nuevos lugares, sociabilízate con personas que merezcan la pena de verdad, ayuda a los demás, conoce las cosas por ti mism@, se selectivo con la información, experimenta, grita y no dejes que nadie te pisotee más, que no te controlen y sigan haciendo de ti, una patética sombra, que a base de tragar tanta información adulterada y recreándote con tanto juguetito tecnológico, han hecho de ti un zombi incapaz de nada más.

Es tu vida, es tu salud, la tuya y la de los demás, el futuro de los jóvenes, de tus hijos… si sigues por ese camino acabarás mal, y en consecuencia todos acabaremos mal. ¡Reacciona!.