¿Cuánta fuerza y energía hay que emplear, para arrancar el tocón de un árbol?, tiras, tiras y tiras hasta que al final, la cantidad de raíces no aguantan más, se colapsan y el tocón sale despedido de la tierra. ¿Cuánto puede aguantar una gomilla elástica?, extendemos con fuerza y saña, hasta que se rompe, y cuidado con el retroceso, porque te puede saltar un ojo.
Esto mismo pasa en nuestras vidas, ¿cuánta presión podemos llegar a soportar?, nos levantamos cada día con infinidad de cosas por hacer, el trabajo, la casa, los niños, el perro, el gato, el técnico que viene arreglar el termo, el banco y sus largas colas de espera, la revisión del coche, al supermercado, las visitas inesperadas, los problemas que van surgiendo… nos acostamos, y aún nos quedan muchas cosas por hacer, nunca acabamos.
Yo me pregunto, ¿esto es vida?, ¿por qué tiene que ser así?, ¿acaso, nuestros cuerpos pueden soportar tanto estrés diario?. Espera un momento, detente cinco minutos, y ponte a pensar en todo esto; el ritmo de vida que llevamos hoy en día, es bestial, y pone nuestra salud en riesgo, hasta el punto de originarnos enfermedades crónicas y algunas mortales. No solo eso, sino que esta rutina, nos hace perder la noción de todo y a veces realmente, no sabemos ni siquiera en que día de la semana estamos; perdemos el contacto con nuestra propia esencia y convertimos nuestros cuerpos en máquinas de producción, ¡y no lo son!, va en contra de nuestra biología, por eso, no es de extrañar, que haya gente que muera de un infarto con cuarenta o “cincuentipocos” años, como tampoco es raro, que el consumo de ansiolíticos y antidepresivos se haya disparado en las últimas décadas.
- Hay que ver fulanito, con lo bien que se le veía, y se le ha ido la pinza, está fatal, o menganito ha fallecido de repente, mientras salía de echar unas horas extras en su trabajo… -.
Cada día estiramos tanto las preocupaciones y obligaciones de nuestra vida, que llevamos a nuestro cuerpo al borde del colapso; y todos los días jugamos a este diabólico juego, tiramos, tiramos, estiramos más, sin saber que tu mente, que tus órganos están a punto de reventar, y enfermar, o simplemente, dejar de funcionar.
Lo curioso es que muchas de estas preocupaciones nos las creamos nosotros mismos, y siempre estamos echando más carga al saco, y nuestro camino se hace cada vez más pesado. Debemos entender, que hay muchas cosas que deben esperan y otras incluso, ni siquiera hacerlas; lo queremos acaparar todo, y a parte de jugar con nuestra salud, no disfrutamos, no somos felices. Escavamos resquicios en el tiempo de nuestra vida para disfrutar, por ejemplo piensas, "entre las ocho de la tarde y las diez, tengo que disfrutar", obligándote a algo que no es así, este no el camino de una vida sana; pues no somos capaces de controlar nuestra vida, y no es tan sencillo, como decir – ahora voy a ser feliz -.
No podemos estar programando cada minuto de nuestra vida, te aseguro amig@, que si haces esto durante años, vivirás algunos menos, no serás feliz y tendrás peor salud. Es importante que te tomes en la semana, algunos momentos de relax, de meditación, de perder el tiempo simplemente.
Colapso de nuestro cuerpo y colapso de nuestra mente, que con tanto frenetismo, siempre tiene las alarmas disparadas; distraída en todo momento por los medios de comunicación, los móviles, y la mayoría de absurdos programas que emite la caja tonta. Dejamos de percibir la realidad en la que vivimos, la realidad que viven los demás en nuestro alrededor y la esclavitud permitida que sufrimos nosotros mismos.
No somos los únicos que estamos siempre al borde del colapso, nuestro planeta, cada vez está más estresado por nuestra forma agresiva de tratar todo lo que cae en nuestras manos. Animales de todas las especies sufren nuestro egoísmo y nuestra maldad, somos la única especie, capaz de cambiar el relieve y el clima del planeta a un ritmo alarmante; como una plaga de langostas, que va pasando y arrasa con todo, dejando atrás un terreno yermo y ruinoso. Hablamos del tiempo que le queda al sol de vida, pero yo me preguntaría a priori de todo eso, ¿cuánto tiempo le queda a este mundo antes de que colapse?.
La temperatura del planeta sigue subiendo por nuestra culpa, seguimos eliminando y desplazando especies de sus entornos naturales, cada vez somos más, contaminamos el aire que respiramos donde está el oxígeno que necesitamos, contaminamos el agua que aporta más de la mitad del oxígeno y absorbe el CO2, cada vez talamos más árboles, por lo tanto estamos empobreciendo y corrompiendo alarmantemente toda la cadena natural. Cada vez gastamos, queremos y contaminamos más, guerras, pobrezas, armas más destructivas, enfermedades nuevas y resistentes, ya nada parece que importa, para detener esta masacre; llegará un día, en que el planeta nos haga saber que no puede más, y entonces, como dice la biblia, vendrá el llanto y rechinar de dientes, porque no tendremos más solución que morir o abandonarlo, y buscar cual parásito, otro mundo que destrozar.
Por supuesto después de nosotros, la tierra aún seguirá ahí, para intentar regenerar todo el daño que hemos producido, pues cuando todo colapse, no dudaremos en matarnos a discreción por lo poco que quede, y al igual que un cáncer, este mundo podrá respirar, porque desapareció de él, el mal más grande que ha conocido la historia del planeta, el hombre.
Y por último me pregunto, ¿de verdad tenemos que llegar a esto?, ¿es qué no podemos cambiar este aciago destino?, ¿no somos Homo sapiens sapiens?, morimos por colapso de nuestros maliciosos hábitos de vida y destruiremos la vida en nuestra roca amada… Me parece que nunca, nunca, llegaste a entender lo que era la vida y el cosmos… Lástima, eres un desgraciad@, y pronto tú también caerás.
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