Siempre achacamos esta palabra a una situación o a un entorno difícil, como puede ser un desierto, la jungla, lugares en donde vivir en buenas condiciones es más que complicado, quizás muy influenciado por las historias de los libros, las series de la televisión y las películas del cine… pero no tiene por qué ser así, más allá de toda esa “imaginación” y realidades lejanas a nosotros, existe una supervivencia diaria, más cotidiana, cercana y rutinaria. No ya porque el hecho de estar vivos, es un verdadero milagro para nuestra propia biología, sino más bien, por el entorno hostil, en todos los sentidos, en el que vivimos.
Por eso, afirmar que esta supervivencia me está matando… tiene bastante lógica, pues estamos inmersos en un mundo agresivo y egoísta, una sociedad que no dudará en atacarte si se siente amenazada y que por supuesto, te dará de lado o te matará si lo ve necesario.
Habitamos en un universo totalmente desconocido para nosotros, en un planeta del cual no hemos visitado ni un uno por cierto de su territorio, agrupados bajo el nombre de una nación, con millones de personas desconocidas para cada cual, que a la fuerza deben tener todos características comunes, no ya biológicas, sino en su manera de pensar y actuar. Lo cual, pienso que eso es un error, un estereotipo impuesto en nuestra mente, para clasificarnos y dominarnos fácilmente.
Familiares, vecinos, amigos, conocidos y la gran mayoría de gente extraña, sea de mi país o no, con los que convivo y con los que no tengo realmente nada que ver, pues no pienso igual, ya que la mayoría razonan de una manera muy retrógrada y muchas veces, hasta con una gran maldad, lejos de la definición de adulto, tal y como debería de ser.
Muchas personas las veo como enemigos, no porque su forma de pensar sea diferente, sino porque su manera de actuar es dañina e irracional. Ya de por sí, la vida misma nos somete a cada uno, a una serie de pruebas y experiencias, que nos tantea duramente; si a esto hay que sumarle lo que aporta cada uno individualmente, y también como colectividad en todos sus niveles, más las cosas inesperadas que pueden sobrevenir, entonces… realmente mi vida se convierte en una verdadera supervivencia, pero en vez de una jungla natural, estoy encerrado en una jungla de asfalto, cemento y gente, que se comportan como animales muy agresivos.
Mientras no vayas contracorriente, no pasará nada, pero si tu forma de pensar o actuar es diferente, si atisban un ápice de cambio, se revolverán contra ti, en vez de apoyar una posible mejora. Una sociedad repleta de personas, que aceptan totalmente las reglas del juego, respecto a cómo los poderosos dominan nuestras vidas, aunque eso signifique la muerte de millones de humanos diariamente, la de millones y millones de animales y la degradación, cada vez más acelerada de nuestro medio ambiente.
Si la gente cubre todas sus apetencias culinarias (aunque sea comida basura, barbaridades cárnicas o no convenientes), si puede tener todos sus caprichos (a base de la explotación de muchos), si les dejas estar siempre delante tuya en la cola, si quedan por encima de ti, nunca les falta de nada, tienen dinero y no abres la boca, entonces todo irá “bien”, pero en el momento que esto no es así, o comentas una manera distinta de hacer las cosas, empiezan a llover las lanzas, los cuchillos, saltan las fieras, etc. y no te queda más remedio, que estas dos opciones, una, esquivar, esquivar, y esconderte de un lado para otro, viviendo con miedo, o bien, sacar el machete, enseñar los dientes y participar de la masacre rutinaria que hemos creado, como en los juegos del hambre, siempre peleándote por seguir vivo una hora más, y ¡sálvese quién pueda!.
¿Y sabes qué?... que cada año que pasa estoy más cansado de todo esto, vivir en una guerra constante estresa y desgasta mucho, un combate invisible, que aunque todos lo sufrimos, no queremos poner solución. Por eso decía, al principio, que sobrevivir me está matando, pues no quiero ser como esa mayoría que se ha resignado hace mucho tiempo, encerrados en su burbujita, con una mente enferma que han hipotecado el destino de la humanidad, sobre todo el de los jóvenes. Padres que en su actuar, creen que están haciendo un bien a sus niños, pero la realidad es que son unos cobardes, por haberse declinado, postrado a cuatro patas ante esta sociedad y no educar a sus hijos en el amor, el respeto y la transformación de todo lo malo… en una lucha no para sobrevivir, sino más bien para bienvivir en todos los aspectos, en un mundo evolucionado totalmente diferente, al que por desgracia seguimos castigando.
Porque recuerda que sobrevivir es la forma más lenta y agónica del suicidio, cuando se tiene la mente enferma, pues no serán las personas más fuertes las que sobrevivirán, ni las más inteligentes, sino las más propensas a los cambios… por eso, pasa página antes de que sea tarde.
viaje a Valencia donde creía que me recibirían bien pues me conocían y hasta me ironizaron que fuera. fui y estuve una semana en la calle y buscando cada día la pensión más barata y me puse a buscar trabajo pero no me dio tiempo a encontrarlo por quedarme sin medios y tuve que volver. Fui de nuevo a Barcelona, se supone que me iban a recibir y llegué y no me recibieron me gaste un dinero que no tenia previsto gastar. Aún así volví a ir por si podía ayudar, me indicaron que estaban libres y cuando llegue me volvió a ocurrir lo mismo. Esta vez me quede sin dinero y tuve que dormir en la calle. Y por tercera vez tuve que volver no tenia donde recogerme. Lo cual me deja una vez de tantas que debo viajar cuando este asegurado que no voy a estar tirado, yo no lo haría, por eso, da igual lo que digan, solo intento pasarlo lo menos mal que puedo y que yo sepa,aunque digan que esta vez no ocurrirá,las tres ultimas me dijeron lo mismo.
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ResponderEliminarLa supervivencia es una forma de guerra encubierta y larvada de mayor o menor intensidad, donde todo lo que acontece puede ser justificado en su nombre. Todavía no hemos aprehendido que las leyes que imperan en la Naturaleza (el reino animal) no son las mismas que las del ser humano. Por lo tanto vivir es la antítesis de la supervivencia. La vida no tiene porqué ser una guerra que amenaza y pone en peligro permanente nuestra existencia.