Me gustaría dedicarle esta publicación a todas las personas buenas que hay por toda la faz de la tierra, pues aunque hay mucha maldad en este mundo, demasiada, con humanos con una perversidad, crueldad y egoísmo tan grande, que no se puede llegar a comprender su manera de actuar. También existe mucha gente buena, amable, que se preocupa por los problemas de los demás y siempre tiende una mano al necesitado que se lo merece y lo pide.
Seres humanos con un cerebro mucho más desarrollado para captar las emociones y hacerlas suyas, implicándose en los problemas ajenos, sin tener obligación de ello. Superhéroes de carne y hueso, que no vuelan y no echan rayos por las manos, pero ni falta que les hace, pues su determinación y voluntad, para arrimarse al sufrimiento y no salir asustados, como hace la mayoría del mundo, los convierten en verdaderos diamantes para esta sociedad.
Son realmente pequeños soles que brillan con luz propia, con el coraje suficiente para decir NO a las injusticias, y decir SI, al cambio, al movimiento, a la ayuda, si a la VIDA. Personas que tienen los mismos problemas que el resto del mundo, que tampoco tienen tiempo para nada, con hijos y familiares a su cargo, como todos los demás, pero ell@s no usan esa gran excusa para esconderse y dejar el mundo tal como está, a su suerte.
No, estas gentes son valientes, aunque tienen miedo, son decididas aunque muchas veces no saben lo que tienen que hacer, plantan cara a la forma más violenta de la sociedad, aunque les cueste la misma vida levantarse después de cada caída, de cada risa perversa… Quizás de la tuya también, no sé.
Personas que no reciben nada a cambio de lo que hacen, que gastan su tiempo, su dinero, su esfuerzo y muchos sufrimientos en auxiliar a los demás, donde su única recompensa es la risa de un niño, el apretón de manos de un anciano, la mirada agradecida de un moribundo, la alegría de un animal salvado de una muerte segura, entre otras. Y para eso, amig@ hay que valer, porque no siendo nada, sintiendo que realmente no se tiene fuerzas para cambiar las cosas, te levantas y te pones en pie; empiezas a caminar y te enfrentas a quién se interponga en el camino de la justicia, de la equidad, y con un NO rotundo, le dices si hace falta al propio alcalde de la ciudad, que está equivocado y emplearás todas tus fuerzas en defender al débil.
Y no te creas que se nace con esto, al contrario, aunque la educación puede hacer mucho, son hombres y mujeres, que observan el mundo, que entienden que no puede seguir así, que saben que el ser humano está aquí para ayudar, para mejorar la vida en este planeta.
Verdaderos campeones que creen en un mundo mejor, que lo sienten, y hacen realidad los sueños de tantas personas, son auténticos líderes que alzan la voz, a veces con la boca cerrada, y dan grandes lecciones solo con lo que hacen diariamente; es verdad, que todos no son llamados a ser grandes paladines, pues la mayoría de la gente prefieren ser guiados por alguien, confiar en este tipo de personas con una integridad intachable, pero eso no quita para que te unas a ellas, pues tú eres tan importante como todos los demás.
Ya es hora de que te fusiones con ellos, - ¿dónde están? -, en tu propia casa, en tu barrio, en tu pueblo, en la ciudad, si, si, quizás a esos que miras de lado y consideras que están locos, porque defienden a unos gatos o se paran con un vagabundo y lo invitan a un café. Llega el momento de honrarlos, que te acerques a ellos y sostengas la vara que tienen en la mano, con la que intentan equilibrar un poco más el mundo, ellos solos no pueden, pero si tú les ayudas y arrimas el hombro, brillarás igual que ellos, y juntos podréis hacer cosas impresionantes.
Tienen una genialidad grandiosa, pues son capaces de sacar de donde no había, de construir de donde era imposible, y derribar los muros más altos; personas a las que admiro y les hago una reverencia con gran solemnidad al pasar, porque sé lo que hacen, porque sé el sufrimiento que llevan encima, la carga que ellos se han adjudicado voluntariamente, para que quizás tú, algún día puedas seguir viviendo, ¿quién sabe?... la vida da muchas vueltas.
A todas estas personas que no esperan sentados a que llueva un milagro del cielo, a todas estas gentes que no dudan en salir corriendo en dirección al problema, a todos los que no se callan, a todos los que sin abrir la boca, alimentan a muchas otras, a todos… ¡Gracias!, de todo corazón, porque sois la inspiración del mundo, sois el ejemplo a seguir, sin duda un cartel luminoso que indica el camino práctico para llegar a un mundo mejor. Sois realmente mis ídolos, y me siento orgulloso de que algunos caminen a mi lado, ojalá yo algún día, pueda brillar tanto como vosotros lo hacéis, yo estoy dispuesto, y como un deportista me entreno cada día, para alcanzar esa meta.
Que llegue el tiempo en el que pueda desgastarme por completo, por amor a todo el que sufre y se encuentra conmigo, al que me necesita, reprocharle al que se lo merece y ser partícipe de este cambio que la sociedad pide a gritos, que el planeta llora con ansias de renovación hacia un mundo más justo.
Para que cuando cumpla mis años aquí, y mire hacia atrás… vea sonrisas, alegrías, felicidad, amor, en la historia de mi vida y con mi último aliento, me despida de este lugar llamado tierra con un gesto de satisfacción y una sonrisa bien merecida, por un trabajo perfectamente hecho… Gracias por enseñarnos, lo que es ser humanos, por haber pasado página.
Muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarEstupenda entrada. El verdadero "hacer el bien" es anónimo, desinteresado, callado...
ResponderEliminarAsí es, las voces que suenan la mayoría de las veces es para criticar y destruir.
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