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miércoles, 17 de agosto de 2016

Miedo

El miedo es una emoción que todos hemos experimentado en más de una ocasión, causa una sensación desagradable de angustia y ansiedad, que proviene directamente de nuestro cerebro primario, causando una respuesta de lo más primitiva en el hombre. Pone en alerta el cuerpo ante un cierto peligro, sea real o no, para poder sobrevivir a esa amenaza inminente, que hemos detectado; por eso ante el miedo, tu cuerpo se prepara física y mentalmente, ante todo, para salir huyendo, sin poder pensar en nada más.

Es una respuesta natural, como podemos observar en cualquier animal que vive en la faz de la tierra y aunque durante millones de años, ha sido una gran herramienta, muy eficaz para la supervivencia del individuo o el grupo; esta emoción en cantidad de ocasiones, se convierte en un arma de doble filo, y crea el efecto contrario, para lo que fue creado.

Por eso, aunque sea algo natural y "necesario", habría que diferenciar entre el miedo por una respuesta a un peligro físico inminente, como un terremoto o un atraco, y otros miedos, en donde realmente nuestra vida no corre tal peligro, por lo menos de una manera inmediata, más bien, de una situación creada por nuestra mente, e incluso a veces puede ser, un simple engaño de nuestro cerebro, una percepción errónea de la realidad.

En este contexto, el hombre y su miedo, son los culpables de la gran mayoría de los males que ocurren en nuestra sociedad y en el mundo, esta emoción nos hace un flaco favor, a la hora de ver la realidad y actuar. El miedo a la muerte, miedo al ridículo, miedo al rechazo, a la vida, a espacios cerrados, a conducir, al fracaso, a las alturas, a la soledad, al que dirán, etc, una larga lista de temores que encarcelan nuestra vida, distorsionan la realidad y nos hace egoístas e infelices.

Podemos elevar el miedo a su máxima potencia, entonces hablaremos de pánico o terror, en donde la persona, queda totalmente anulada, ante una situación concreta, quedará inmovilizada e incapaz de reaccionar de una manera coherente.

A lo largo de la historia, multitud de personas, instituciones y organizaciones, se han aprovechado de crear o alimentar el miedo en las mentes de las personas, para beneficio propio. Así podemos hablar de las múltiples religiones con sus pecados, infiernos y sus demonios, para atemorizar a sus creyentes, obligar a los ateos, sacarles el dinero y mantenerlos controlados; de la misma forma, vamos desde el miedo absoluto a la muerte por las tiranías imperialistas y sus regímenes, pasando en la historia, por los diferentes colores de partidos políticos con sus estudiadas estrategias, hasta llegar a los miedos más cotidianos, como no tener dinero, y no poder pagar la hipoteca al banco.

Como decía, una interminable lista de temores, creados y aceptados por los ciudadanos de tantas épocas, para seguir comportándonos como animales irracionales, por eso el mundo, ha cambiado tan poquito. Una sociedad que debería estar encumbrada con una gran sabiduría, tecnología, y amor a la vida, sigue corriendo por el planeta, como pollos sin cabeza.

Fijaos que el miedo, es el que mantiene este sistema en el que vivimos, por ejemplo, en el trabajo si lo estás pasando mal, no te quejas por miedo a que te despidan, miedo a quedarte parado, porque ¿de qué comerán tus hijos?, o en tu vida, no le dices ciertas cosas a tu pareja por miedo a que te deje, no permites que tus hijos salgan a ciertos sitios, por miedo a que les pase algo, crees en Dios por miedo a ir al infierno, no llevas la contraria por miedo al que dirán, no viajas en avión por miedo a estrellarte, no te declaras a esa persona por miedo a que te rechace; y así, te vas metiendo en una caja cada vez más pequeña, y toda la grandeza que vive en ti desaparece, y todo lo grande que hay en este mundo deja existir. 

La posibilidad de cambio y mejora huye por esta dichosa emoción, que anula la racionalidad del ser humano, sin dejarle pensar como un verdadero hombre del siglo veintiuno; con el miedo, todo se nubla y hace de nosotros bestias primitivas incapaces de sentir una empatía hacía los demás, surgiendo esa necesidad de sobrevivir, aunque sea a costa de los demás, alimentando nuestro gran egoísmo.

Tan peligroso es el miedo, que por estos temores, llegas a ver a los demás como tus enemigos, y sientes, que te tienes que defender; esto se vuelve a reflejar muy bien en el entorno laboral, hay personas que por ejemplo, siempre están con temor, pendientes, para ser el mejor en el trabajo, porque piensan, que los pueden echar, criticando y tirando por tierra a los demás, para quedar por encima, usando cualquier técnica despreciable con tal de defenderse de un miedo enfermizo que se ha autoinfligido, generando un clima podrido en el trabajo, y pisando a todo el mundo.

Temores que muchas veces, no son más que fantasías, que solo están en la cabeza de uno, pero que pueden llegar a hacer mucho daño, a las personas que están a tu alrededor.

Digo esto, porque entiendo que el miedo es instintivo y natural, pero no podemos dejar que domine nuestras vidas, no hay nada más peligroso que un individuo con miedo, pues no sabes por donde te va a salir. Cuando prima la sensación de amenaza, la supervivencia de uno, es lo único que importa, el problema, que en esta sociedad, cada vez más enferma, se están magnificando, alimentando miedos que no deberían llegar a controlarnos.

Hay una cosa clara, una persona miedosa, jamás se atreverá a salir de su zona de confort, hace suya la frase - mejor lo malo conocido, que lo bueno por conocer -, y al final será un subordinado de este sistema, que lo que quiere es dominarte con el temor, si no cumples sus normas, sus hábitos y no entras en sus juegos llenos de egoísmos, corrupciones y superficialidades.

Entonces, la única manera, es que te liberes de todos estos miedos, no podemos permitir que dominen nuestra vida, atrévete, arriésgate, pues la vida es cambio puro, y el temor, el pánico, congela todo lo bueno que hay en ti. Mira, en esta vida, hay algo muy claro, que todos nos vamos a morir, unos antes, otros después, eso tampoco importa mucho; pero lo realmente sustancial, es que vivas, los años que vivas, los hagas de una manera libre, distinta, plantando cara a esta sociedad y a la cantidad de aberraciones que se cometen hoy en día.

No te quedes callad@, no le temas a nada, ya que, más que la muerte no hay nada peor, hasta entonces, que no te aten tu pensamiento, que no te duermas en la aceptación de los que ya no hacen nada por mejorar este mundo, no tienes nada que perder y si mucho que ganar, tú y los seres vivos que te rodean. ¿Acaso no estás cansad@ de vivir con la cabeza agachada?, ¿de mirar para otro lado para no escuchar el lamento de los demás?, ¿de que ciertas personas te digan por dónde tiene que ir tu vida?, no los escuches, no tienen ningún derecho a infundirte ningún miedo, ¡ey!, sube la cabeza, mira hacía al frente, mira todo lo que puedes hacer, el mundo te necesita, ¿por qué sigues con ese pánico absurdo?, ya es hora que te levantes y te muevas. 

Si tu rechazas el miedo, no tendrá ningún efecto sobre ti, solo es una cortina de humo, no es malo sentir miedo, pero no te quedes ahí, se valiente, el temor, no es más que un poder que le hemos concedido a algo o a alguien, ¡arrebátaselo! y controla tu vida, muévete.

La clave para cambiar, es dejar ir esta emoción fuera de tu vida, haz lo que temes y desaparecerá el temor. Recuerda, nunca, nadie con miedo, ha encumbrado una cima ...  





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