Translates to your language

domingo, 30 de abril de 2017

Ser vegano II

En el anterior post comentaba el engaño en el que vivimos, desconocimiento por un lado y por otro egoísmo, que se juntan para que la raza humana cometa cada día el mayor acto de crueldad e irracionalidad, como es maltratar hasta la extenuación y matar a millones de animales para una necesidad falsa, donde lo que se esconde detrás, solo es el asqueroso dinero y el maldito capricho del hombre.

Ante todo esto, cada vez más personas conscientes de la verdad e indignadas con los hábitos de la sociedad y la permisividad de los gobiernos, han hecho un cambio de ciento ochenta grados y se han adaptado a una nueva forma de alimentación muchísima más sana, sin provocar daños ni sufrimiento animal, que corresponde más con la lógica de nuestra vida y la evolución de la especie, verdaderos valientes a los que aplaudo.

Este es un descubrimiento personal, que cada uno debe integrar en su vida, para cambiar tantas costumbres dañinas. En mi experiencia propia, os puedo comentar que no hace más de dos años, no era consciente del daño que yo provocaba con mi rutina diaria en la alimentación y en el vestir; formaba parte de esa mayoría de la masa de la sociedad, estúpida e ignorante, que se deja llevar por “lo que debe de ser” o por lo que mi madre me decía respectos a estos temas, pues - ¿cómo no vas comer pollo o pescado?, te vas a provocar un problema de salud, ¡déjate de tonterías! -.

Conforme me fui interesando en estos temas, caía en la cuenta de cómo había sido manipulado, o me había dejado convencer, pues era más fácil ser un estúpido ignorante que comía de todo, sin importarme las consecuencias de lo que eso conlleva, tanto para el animal, como para mí. Buscaba información de simposios y charlas de médicos, científicos, naturistas, dietistas y activistas en otros países, como EEUU, Japón, o países del norte de Europa; junto con las imágenes que empecé a visualizar en Facebook sobre el maltrato animal y la industria ganadera, después de mucha reflexión, entendí algo muy lógico y claro:

“Comer animales no es ético, ni necesario, tan solo es una mentira para que muchas empresas ganen dinero, y los políticos están metidos en el ajo. Comprendí que me estaba reventando mi salud y donde yo antes veía una pechuga de pollo a la plancha, como una comida indispensable, sana, sabrosa y nutritiva, ahora veo la realidad… mentiras, explotación, sufrimiento, muerte, químicos venenosos, antibióticos y una mentalidad totalmente retrógrada que no se identifica con el hombre del futuro”.

Por eso, decidí que todo esto ya es pasado para mí, y empecé a investigar sobre las alternativas existentes, aprendí, que hay grupos de personas que llevan años encaminados en este proyecto, de cambio hacia un mundo mejor, pues esto también es prosperar y pasar página de los errores del ser humano.

A parte de cómo se denomina la mayoría de la “gente normal”, los que comemos de todo, los carnívoros, por llamarlo de alguna manera, están los vegetarianos, que simplemente no comen carne, pero si los productos derivados de ellos, como la leche, los huevos, etc. En una tendencia más pura o radical están los veganos, que no comen ningún tipo de carne, ningún derivado de ellos, ni tampoco visten cualquier prenda que venga de un tejido animal.

Luego, en medio encontramos a los flexivegetarianos o flexiveganos, que de vez en cuando, según lo estimen o tengan ciertos eventos, incorporan a su dieta carne, derivados, etc. Estos dos últimos, no están muy bien mirados por los dos primeros, porque aunque rebajan la cantidad de carne (y eso ya es algo), no parecen estar comprometidos con esta forma de vida y de pensar, en donde su inclinación va más por un tema de salud o lavado de conciencia, que de evitar el sufrimiento animal.

En mi opinión, yo creo que también es como una evolución, pues aunque parezca fácil, no lo es; hace cerca de dos años que yo emprendí un viaje para ser flexivegetariano por el hecho de ir quitándome de las comidas cárnicas, conforme seguía informándome de todos estos temas, y habituando mi cerebro a resetearlo de una mentalidad de tantos años, de comidas con carne. Hoy en día y comprendiendo mi decisión con firmeza, he determinado dar el paso a ser vegano, porque creo que es necesario dar este salto evolutivo, también en estos temas.

Reconozco que no me está siendo fácil, ¿por qué?, pues al decidirme y comenzar, me encontré que no tenía la información necesaria, mi abanico de alimentos se había reducido bastante y me empecé a agobiar, no es sencillo, lo repito, para nada. Los menús que encontraba en internet no me llamaban la atención, pues eran o muy simples o eran alimentos orientales, de los cuales no sé dónde conseguirlos y se alejaban demasiado de mis típicos alimentos mediterráneos.

He comenzado a probar algunas comidas, que están muy ricas, a otras simplemente les he eliminado las carnes que podían llevar, como por ejemplo, en las lentejas y así poco a poco, estoy probando e introduciendo nuevas alimentos. También es importante, informarse bien de las cantidades que semanalmente hay que ingerir de ciertos alimentos, para que la dieta semanal esté perfectamente equilibrada.

Y aunque al principio, como decía es bastante duro, por la desconexión mental (los familiares y amigos tampoco ayudan mucho, la verdad), conforme va pasando el tiempo, te vas sintiendo mejor y compruebas que hay otros muchos menús nuevos que puedes tomar. Y donde al principio solo se te venía a la mente una lechuga, luego empiezas a elaborar platos con legumbres, cereales, pastas, arroces, distintos panes, por supuesto todo tipo de verduras y ensaladas, patatas, salsas, cremas y muchos sustitutivos de la leche, del huevo, etc.

Sigo en este proceso, y me llama la atención, que con lo decidido que estoy y sabiendo que este cambio en mi vida solo traerá cosas muy buenas, a veces tengo aun que seguir luchando contra las mentiras que esta sociedad me ha metido en la cabeza… es como una tentación para volver atrás y me doy cuenta, de lo que es la psique y el lavado de cerebro con el que durante tantos años estos embusteros, han manipulado mi vida.

Sabes, estoy contento por haber dado este paso, no estoy perdiendo peso y mi salud está perfecta, por tanto, me siento orgulloso de poder decir que soy vegano (aunque a la sociedad le parezca algo de gente rara o extremista), que no contribuyo al maltrato animal, que yo decido en todo momento, hasta en la ropa que puedo comprar. Por eso amig@, yo te animo a que tú también inicies poco a poco este cambio, sin agobios, porque es muy importante; y fíjate sobre todo en la educación de los niños, ellos lo tendrán mucho más fácil y será más rápido. 

Si todos lo hiciéramos, hundiríamos este imperio y el hambre podría entonces desaparecer del mundo, por mi parte, he vuelto a avanzar… otro paso más… más libre, para no ser cómplice de tanto asesinato; a partir de ahora me niego a digerir la agonía de cualquier animal.

Por eso, yo también me hago eco de esta frase, los animales tienen voz, si ignoras su sufrimiento, yo te lo recordaré, si no los entiendes, te lo traduciré, si no los oyes, yo seré su voz. 

Puedes silenciarlos pero no puedes silenciarme a mí mientras yo viva. ¡Vamos, sígueme!.

4 comentarios:

  1. Excelente artículo. Con cuanta claridad se explica en qué consiste "ser vegano" y los grandes beneficios que ésto conlleva. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Este un cambio gradual, hasta que llegas a eliminar de la dieta cárnica y derivados por completo. Mejora la salud y donde se nota primero es el tránsito intestinal. Es algo que la humanidad tiene pendiente para evolucionar y avanzar hacia otra forma de ser más honrada y justa. Gracias Eliseba por comentar.

    ResponderEliminar
  3. Respuestas
    1. Gracias, pero a muchos por desgracia nos les entra en la cabeza, están tan apegados al sistema que no quieren dejar de hacer daño y ni hacérselo a ellos mismos.

      Eliminar