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domingo, 7 de agosto de 2016

La realidad de lo que comes

¿Sabemos realmente lo que comemos?, por norma general hacemos cinco comidas al día, pero, ¿conoces si el alimento que incorporas a tu cuerpo te hace daño, o no?, este es un tema controvertido y extenso, que voy a tratar de simplificar, para que podamos hacernos una idea y sacar algunas conclusiones. Antes de que pase más tiempo, Laura Diaz aquí tienes el post que me pediste un día por Facebook, espero que te guste. 

A la hora de hablar de este tema, primero hay que tomar bastante tiempo en informarse, buscando documentación que sea medianamente certera y como siempre aconsejo, buscar en monografías y artículos científicos, para dar veracidad a la información. Siempre, y digo siempre, te encontrarás estudios que no apoyen ciertas tesis, o por lo menos que le quiten credibilidad. Normalmente, cuando son temas relacionado con la toxicidad de los alimentos, suelen ser las propias empresas u organizaciones que están lucrándose de algún producto, los que desmienten estos estudios, e intentan dejar, al menos en la duda, las investigaciones que arremeten contra ellas.

Lo que si está claro, es que hoy en día hay cientos de investigaciones, que demuestran que nuestra dieta está llena de agentes químicos tóxicos, que obviamente son perjudiciales; el tema de discusión, viene en las cantidades y la duración de la ingesta, ahí, es donde se escudan las grandes multinacionales. Con la permisividad, la corruptela y el interés de la OMS, que parece que le cuesta reconocer, lo que ya sabemos desde hace tiempo, y como un cuenta gotas, suelta sus recomendaciones, que a veces escandalizan a la sociedad, como si fuera algo nuevo.

Bueno, de los muchos alimentos y aditivos cotidianos que tomamos, he elegido algunos para comentar, lo que los estudios dicen sobre ellos.

Cuando ves los anuncios en televisión, ¿habrá algo más sano, que beber agua embotellada?, es como si ese agua, fuera más saludable que la que tomas en casa. Pues la verdad, es que no es así, de hecho, el agua embotellada lleva consigo un veneno muy potente, el antimonio, un metal que no está en grandes cantidades en la superficie terrestre, ¿entonces, como llega al agua embotellada?. Pues el problema, está en el envase, utilizan un plástico más barato denominado PET, si te fijas bien, en todas las botellas de plástico de agua y refresco, debajo, podemos observar un triángulo de flechas con el número de veces que puede reutilizase, en estos casos encontrarás el número 01, o sea, de usar y tirar. El tema, es que está demostrado, que contienen antimonio y que se transfiere al agua, a las pocas horas del envasado, a temperatura ambiente.

El antimonio está reconocido, como una sustancia potencialmente cancerígena, aún cuando solo se ha podido demostrar en dosis muy altas en ratas. De todas maneras, en una toma de forma diaria y alargado en el tiempo, de agua embotellada (u otras bebidas), se pueden producir enfermedades pulmonares, problemas de corazón, diarrea, vómitos severos y úlceras estomacales. ¿Qué bien verdad?, ¿dónde está esa salud que anuncian?, nos están mintiendo, para variar, aunque a ti no te haya pasado o eso creas; hace tiempo que se puso de moda, darle a los niños, solo agua embotellada, que es más sana ... vale, está bien, tú sigue con los consejos de asociación de padres. Como alternativa, usa botellas de cristal, ya sabes, al lado de la cama, un vasito o una botellita de cristal, nunca uses plástico, y tampoco bebas líquidos calientes, ni del microondas, en vasos de plástico, pues se transfieren muchas moléculas muy nocivas, al café o la infusión.

Pasamos a otro producto cotidiano, como la margarina, la sustituta barata de la manteca, esta primera está en todos lados, como por ejemplo, en la bollería industrial. Lo que se hace es transformar aceite vegetal (el más barato) de líquido a sólido, ¿cómo se hace?, pues se calienta y se hidrogeniza (se le inyecta hidrógeno), formándose lo que se llaman grasas saturadas, estas se oxidan por la alta temperatura, generando grandes cantidades de radicales libres, que son malísimos. Consecuencia, producto muy cancerígeno, perjudicial para el corazón, aumenta el colesterol "malo" y disminuye el "bueno", la insulina y el efecto inmulógico; ¡ah! y no tiene valor nutricional, pero, ¿qué te dice el anuncio?, que es muy buena también, para el crecimiento de los niños, ¡ya, claro! ... evita usarla, y toma mejor aceite de oliva virgen extra, que este producto.

Otra curiosidad, las palomitas de maíz de microondas, el propio recubrimiento de estas bolsas, que tienen que aguantar una alta temperatura sin salir ardiendo, es antiadherente, contiene ácido perfluorooctanoico, vamos, el teflón de las sartenes, con bastante acierto tiene efectos cancerígenos en los humanos, problemas en la infertilidad, trastornos inmunitarios y problemas de crecimiento prenatal; en la cocina, cuando supera los 270 grados centígrados (algo posible, por ejemplo, si se calienta una sartén vacía durante varios minutos) el recubrimiento se agrieta y libera vapores tóxicos. Pero a los niños también les hacemos palomitas, ¡qué bien los estamos criando! ... Como alternativa, cómpralas agranel y hazlas como antiguamente.

Más productos, el aspartamo o E-591, un edulcorante no calórico, presente en una gran cantidad de alimentos y bebidas, como en los refrescos, bebidas light, chicles, zumos y latas de fruta en almibar, yogures light, cereales, medicamentos, y como edulcorante para café, leche e infusiones, salsas elaboradas, patatas fritas, etc. Puede producir en nuestro organismo diversos daños, como malformaciones, impotencia sexual e infertilidad, artritis, asma, esclerosis múltiple, hipo o hiperglucemia, epilepsia, síndrome de fatiga crónica, mal de parkinson, alzheimer, tumores, palpitaciones, hipertensión, entre otras.

¿Por qué?, al metabolizarse en nuestro cuerpo, genera ácido aspártico, metanol y fenilalanina, o sea, cancerígeno total. El aspartamo se descompone en los líquidos calientes, a partir de treinta grados, en metanol o alcohol metílico, que a su vez se descompone en, formaldehído, ácido fórmico y en diketopiperacina; tres productos conocidos por provocar tumores cerebrales. Como manera de evitarlo, usa azúcar morena de caña y miel, mira también, las etiquetas de los envases, y rechaza este edulcorante venenoso.

Carnes procesadas y elaboradas en la industrial, como por ejemplo las salchichas, es uno de los productos más malos que hay, ¿cómo?, si, si, para su creación se usan gran cantidad de sales de nitratos y nitritos de sodio, para impedir la proliferación bacteriana, ya que son una mezcla bestial de partes de desechos de distintos animales. Pues se sabe de sobra que estas sales, son malísimas, y potencialmente cancerígenas, ¿qué ceno tu hijo ayer?...

Las patatas fritas, que en su proceso de elaboración, se fríen con un aceite de los malillos, como siempre, las altas temperaturas al freirlas, hacen que absorban las descomposiciones que se generan en el aceite, como la acrilamida, glicidamida, grasas saturadas y trans; un alimento que favorece la obesidad y es cancerígeno, ¡ay, los niños no llegan a los cincuenta!.

El glutamato monosódico o GMS, es una sal que se usa como potenciador del sabor, y está en casi todo, se encuentra en los alimentos envasados, salsas, aliños, tortillas, sopas, caldos, consomés elaborados, patatas fritas, gran cantidad de comida congelada, etc. Presente en todas las comidas de los restaurantes chinos en gran cantidad... El consumo de GMS puede causar dolores de cabeza, migrañas, espasmos musculares, nausea, alergias, anafilaxis, ataques epilépticos, depresión e irregularidades cardíacas. Ya que es una neurotoxina, daña el sistema nervioso y sobreestimula a las neuronas llevándolas a un estado de agotamiento, y algunas de ellas eventualmente morirán, como consecuencia de esta estimulación artificial. Además, consumir alimentos con GMS hace que los niveles de glutamato en la sangre sean más altos de lo que deberían ser, y si estos niveles se mantienen así, el glutamato se filtra al cerebro causando y contribuyendo a malestares físicos; el consumo de este aditivo se asocia a efectos secundarios tales como mareos, nauseas, sudoración, debilitamiento, taquicardia y dolor de pecho, entre otros. Y si bien se sigue utilizando masivamente en miles de alimentos procesados, la cantidad de efectos nocivos sigue creciendo. 

Para evitar consumir GMS es imperativo, comer productos orgánicos y dejar de consumir alimentos procesados. Antes de comprar cualquier producto elaborado (salsas, galletas, alimentos congelados y comida basura) lee las etiquetas, si tiene glutamato monosódico no lo compres. En ocasiones etiquetan al GMS de otra manera.

Hablando de lo mismo, todos los alimentos envasados y/o preparados de alguna manera, tienen añadidos una serie de aditivos, colorantes y conservantes, productos químicos, que sabiendo que son perjudiciales se permiten, con total libertad e impunidad. Se pueden identificar en las etiquetas de los envases con el nombre del principio químico o con un código, aquí algunos ejemplos de los más comunes y de lo que hacen:

E-102 Cancerígeno; E-321 Colesterol; E-110 Cancerígeno; E-220 Cancerígeno, trastornos de piel, destruye la vitamina B12; E-120, Cancerígeno; E-221, Perturbaciones intestinales; E-330, El más peligroso cancerígeno, perturbaciones de digestión; E-123, Cancerígeno; E-222, Perturbaciones intestinales; E-338, Sospechoso cancerígeno; E-124, Cancerígeno; E-223, Perturbaciones intestinales; E-339, Trastornos digestivos; E-125, Cancerígeno; E-225, Cancerígeno; E-341, Sospechoso cancerígeno; E-127, Cancerígeno; E-228, Perturbaciones intestinales; E-400, Trastornos digestivos; E-131, Cancerígeno; E-407, Cancerígeno; E-141, Sospechoso; E-230, Cancerígeno, accidentes vasculares (productos de charcutería); E-447, Cálculos renales; E-147, Cancerígeno; E-232, Trastornos de la piel; E-450, Cancerígeno; E-150, Sospechoso; E-233, Trastornos de la piel; E-460, Sospechoso cancerígeno; E-171, Sospechoso; E-250, Cancerígeno; E-210, Cancerígeno; E-461, Sospechoso cancerígeno, trastornos digestivos; E-211, Cancerígeno; E-251, Cancerígeno, accidentes vasculares (embutidos y charcutería); E-462, Sospechoso cancerígeno; E-212, Cancerígeno; E-463, Sosp. cancerígeno, trast. digestiv.; E-213, Cancerígeno; E-252, Cancerígeno (embutidos y charcutería); E-466, Sosp. cancerígeno, trast. digestiv.; E-214, Cancerígeno; E-467, Sosp. cancerígeno, trast. digestiv.; E-215, Sospechoso; E-311 Cancerígeno, sensibilidad cutánea, perturbación de digestión; E-477, Sospechoso cancerígeno; E-216, Sospechoso; E-312, Sensibilidad cutánea; E-217, Sospechoso; E-320, Colesterol. 

Inofensivos: E-100; 101; 102; 104; 105; 111; 121; 122; 132; 140; 151; 160; 161; 162; 170; 174; 175; 180; 200; 201; 202; 236; 237; 239; 250; 251; 270; 280; 281; 290; 293; 300; 301; 304; 305; 306; 307; 308; 309; 322; 325; 327; 331; 332; 333; 334; 335; 336; 337; 401; 402; 401; 411; 412; 414; 420; 421; 440; 471; 472; 473; 474; 475; 480.

Y esto solo es la punta del iceberg, podéis indagar sobre todo esto para informaros con más profundidad, sobre todos estos aditivos, que ingerimos a diario.

No quiero alargarme mucho más, de hecho tengo una lista de alimentos cotidianos tóxicos para informaros, pero prefiero acortar el tema, porque esto da para muchísimos post, realmente intentar no tomar alimentos que no nos perjudiquen, es muy complicado, y eso sin contar, la química que le suministran a los animales, la química en vegetales, los transgénicos y otras muchas barbaridades que se venden diariamente y que va derechito a nuestros cuerpecitos.

Pero si es verdad, que poco a poco podemos evitar muchos productos que no son tan esenciales, fijarnos en su procedencia, sus aditivos y así mejorar nuestra calidad de vida; bastante tenemos con la contaminación que nos rodea en el ambiente, como para contaminarnos también por dentro, cada día, con estos productos tóxicos.

Como dije, me gustaría sacar en claro varias cosas, y es que la escasa información que tenemos sobre esto y el silencio de las empresas alimentarias, nos están robando la salud; y cómo, son cómplices las administraciones públicas y las distintas organizaciones que velan por nuestra salud, usándonos como conejillos de indias. Tenemos que llegar a un tipo de dieta distinta, usando solo comida fresca y local, olvidándonos de la comida preparada, y comida basura como hamburguesas, pizzas, perritos, etc; no podemos seguir con estos mismos hábitos, que nos están destruyendo por dentro, a costa de enriquecerse con nosotros, como si se nos pudiera dar cualquier cosa que llevarnos a la boca; tómate esto con preocupación, es vital, como haces con otros aspectos de la vida.

Y es que le damos más importancia al sabor de los alimentos, que a si son realmente convenientes para nuestra salud, y vivimos entre la ignorancia y pasividad, luego conforme pasa el tiempo... surgen los problemas, por no haber sido respetuosos con nosotros, con el medio ambiente y los animales... así va todo ...

Nos importa, realmente poco saber, si en nuestra localidad se trata el agua con algun aditivo, por ejemplo, con fluor, que es malísimo para el sistema nervioso y nos hace más lentos a la hora de pensar y actuar... quizás, eso es lo que quieren las administraciones. Tenemos que tomar una decisión seria, sobre que tipo de vida queremos llevar, pues nosotros estamos hecho de materia, de la misma que nos metemos en cuerpo cuando comemos, ¿seguirás tomando helados todos los días si te digo que también perjudica la salud?, ¿o tomarás otra actitud, y los reducirás?, ¡hasta la elaboración del pan puede ser perjudicial!, no puede seguir así, avisad@ quedas, te toca decidir a ti.

Después de esto, solo nos queda velar por nuestro cuerpo, pues es nuestro "pellejito" y el de nuestro niños... Eduquémoslos para que no sean unos ignorantes y puedan cambiar este sistema podrido.

Recuerda que tu cuerpo te respeta, no lo maltrates, es lo más sagrado que tienes, cuídalo y aprende a convivir con él, para que viváis muchos años... La comida no es un juego... tu vida tampoco, rechaza estos venenos y ¡cuídate!.



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