En la vida, y para que nuestros quehaceres diarios sean más fáciles de repartir a lo largo de la jornada, hemos divido el tiempo, inventando los minutos, las horas, los días y los años. Pero la verdad es que solo es eso, una forma de medir algo “ficticio”, pues en verdad, en el universo no encontramos nada de esto, simplemente la vida surge, es constante en el tiempo existiendo, como un camino, hasta que llega a su final y se apaga; Es como una película, comienza, la ves, y acaba, avanza toda de corrido, sin pararse, sin distinguir entre el día y noche o las cuatro estaciones.
Aunque también es verdad, que en esa linealidad, en esa constante fugaz en la que vivimos, aparte de la propia división rutinaria que montamos, existen como periodos limitados no por los minutos o los años, sino más bien, situaciones en nuestra vida, que van más allá de esa simple linealidad del tiempo.
Momentos y experiencias que pueden durar días o décadas y que marcan nuestra existencia, dándole un giro diferente a la vida, como un rayo de luz que refracta en el agua y desvía su haz en el camino. Es lo que yo denomino los ciclos de la vida, que en cada persona se dan de manera distinta, situaciones que emprendiste y que después de un tiempo, el que sea, o bien toca cerrarlas o se finalizan solas sin más remedio.
Como por ejemplo la convivencia y muerte de un familiar, el inicio y fin de un trabajo, o de una relación, la participación en una organización o el simple cambio a la hora de ver la vida en general. Como decía, unos terminan solos y otros se cierran a la fuerza, con más o menos éxito, o con mejor o peor sabor de boca, todo dependiendo de lo hayas podido conseguir o no.
Sin excepción, todas las personas pasamos por estos ciclos, que van modificando nuestro comportamiento y la forma de ver las cosas, pero lo importante es saber advertir y aceptar cuando cerrar un ciclo de nuestra vida y abrir otro, dicho de diferente manera, saber pasar una página más en nuestra historia.
Y he aquí el problema con el que se encuentran muchas personas, algunas no quieren entender que un ciclo de su vida ha terminado y otro tiene que comenzar, por lo cual se resisten, bien por pena, por lástima o todo lo contrario, tal vez por orgullo. Otras están tan ciegas, que no ven que coexisten en una etapa ya pasada, y que el tiempo ya se les adelantó estando en otra fase distinta, pero no lo ven, e incluso unas terceras que quieren pasar los ciclos antes de tiempo, chocándose con una pared infranqueable.
Todas sienten que se encuentran atascadas, sin una solución o descanso, eso crea una frustración y un sufrimiento atroz en muchas personas, quizás porque no vamos navegando con el tiempo, a su ritmo, adaptándonos a sus fluctuaciones, a los nuevos retos que nos impone cada ciertos momentos; nos obstinamos en seguir una senda ya recorrida, para quizás terminar bien a nuestra manera… pero esa no es la forma de actuar del universo conocido.
Escúchame bien, hay que saber cuándo dejar ciertas etapas y comenzar otras, a lo mejor es verdad, que no llegaste a lograr tus metas, que todas las cosas no fueron como querías, pero debes darte cuenta, que si no pasas página, si no cierras ese ciclo de tu vida, sufrirás mucho e incluso entorpecerás el trabajo de otros, que se encuentran detrás de ti, para tomar el testigo y seguir donde tú lo dejaste.
Debes comprender que no eres un dios, que ni puedes con todo, ni vas a solucionar muchos problemas, porque somos imperfectos, hormiguitas, y que las cosas en esta vida normalmente no se consiguen de forma individual, sino colocando tu piedra en el muro y luego marcharte a un lugar diferente, para dejar otro que coloque la suya, y así… detrás y delante tuya, muchos harán lo mismo, formándose una cadena generacional que poco a poco va logrando ciertos objetivos; nunca con derrotismos, ni resignaciones sino con esperanza, humildad e ilusión.
Así que amig@ mí@, aprende a contar tus años, a saborear tus experiencias, empápate de ellas y cuando veas como la esquina de la hoja del libro se levanta, no tengas miedo a lo que pueda venir o lo que tengas que dejar en el camino, pasa página, otros continuarán lo que tú dejaste atrás y comenzarás nuevos retos desconocidos para ti. Esta es la sorpresa que te regala la vida, nuevas oportunidades... pero debes estar atent@, para discernir cuando llegó la hora de cerrar un ciclo nuevo de tu existencia.
Vive, cambia, lucha siempre, pero dejándote llevar en este río por el que navegamos todos, es cierto que no habrá siempre, sonrisas o diversiones, pues la vida es un conjunto de alegrías y desgracias, tanto propias, como ajenas… Nunca aprietes la mano, todo lo contrario, deja que el tiempo se lleve lo que es suyo, y tú limítate a actuar, mientras él te lo permita, luego se sabi@, retírate y continua con el fascinante viaje de tu vida.
Una cosa te aseguro… siempre hay fronteras nuevas, no importa la edad, insólitos horizontes por descubrir, cambios diferentes e inimaginables y nuevas personas a las que ayudar… tu existencia es maravillosa, déjate llevar de esta manera y lo comprobarás… ánimo, aún nos queda mucho por ver.
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