¿Cómo somos?, ¿qué pensamos de nosotros mismos?, es interesante ver, como todas las personas piensan que razonan con mucha elocuencia, para nada piensan que son tontos y afirman, que son personas adultas y responsables. ¡Menos mal!, me quedo más tranquilo, ya no existen los tontos e idiotas sobre la faz de la tierra; nadie es malo, y todo el mundo se comporta más o menos de una manera adecuada y civilizada… ¡Aaah!… Bien, entonces, ¿por qué todo está cómo está?… Es que no me cuadra, lo que se piensa, con lo que ocurre a diario.
Si todos somos tan magníficos y tan solidarios, si todos sabemos lo que está mal, y lo comentamos allá a donde vamos; si nos quejamos y estamos disconformes… ¿Por qué vivimos así?.
La realidad muestra algo muy distinto, hay un abismo entre lo que pensamos y nos creemos, con lo que sucede y hacemos cada día, es más, ocurre una cosa muy curiosa, el otro siempre tiene la culpa, ¿verdad?. Por ejemplo, tú, conduces perfectamente, es el otro el que se ha colado o está desnortado, ¿tú?, no conduces, rozas la carretera de lo bien que lo haces… ¿a qué si?, ¡venga hombre!.
Y así pegando coces hacia todos los lados, vamos “abriéndonos” caminos cada día, pero realmente lo que estamos haciendo, es echarnos kilos de mierda encima y por supuestos nos quedamos ciegos ante esta realidad tan obvia.
Yo soy muy observador, veo a las personas, y entre tanta complejidad, hago una distinción, personas que son egoístas y andan pegando empujones a todo lo que se mueve, exigiendo siempre a los demás, nunca ayudan a nadie, son malas personas y muy dañinas. Luego otro tipo de gente, que ni fu ni fa, viven su vida, pero también pasan de todo, y aunque no son malas, no mueven un dedo que no sea para su interés, disfrute o beneficio. Y por último, personas, en menor cantidad, por desgracia, que las anteriores, preocupadas por lo que pasa en el mundo, dejándose la vida, el dinero y su tiempo, en ayudar a los demás; que piensan y actúan, por eso, estas personas, sin duda, son las que más sufren, pues son unas incomprendidas y nadie les echa cuenta.
Entenderás que con este panorama, no hay manera de que esto cambie, existe la conciencia, o la información, más bien, pero el engranaje de esta máquina no se mueve ni a tiros.
Y ahora viene lo más curioso, ¿por qué alguien tiene que cambiar su forma de actuar, de pensar?, a ver, ¿por qué?, cada uno es libre de hacer lo que quiera dentro unos límites. Si uno vive su vida, preocupándose solo, de trabajar, comprarse los caprichos que quiere y divirtiéndose a tope, ¿acaso está haciendo algo malo?, es su vida, ¿no?. ¿Tiene acaso la obligación de ayudar a los demás?, ¿se le puede penar por eso?... Oye, lo único que intenta el hombre, es vivir lo mejor posible el tiempo que esté vivo, entonces, ¿se le puede achacar algo?, en principio no.
Si ha tenido suerte en la vida y le va bien, no es culpa suya, puede decirte, que uno con peor suerte, si tuviera la suya, seguramente se comportaría igual, y no le ayudaría, también pasaría de los problemas ajenos; pues no sé, a lo mejor tiene razón, legalmente no se le puede reprochar nada… pero algo me sigue chirriando…
¡Ah! bueno, es que este pensar es muy lógico dentro del mundo animal irracional, comportémonos, como hienas, leones, osos o cualquier otra bestia, y sálvese quien pueda. Así, la mayoría, han actuado durante toda la historia de la humanidad, hasta la actualidad.
Hay algo que debemos entender, y es que, nosotros tenemos una capacidad única en este planeta, que conlleva unos derechos y unas obligaciones. Muchos sólo quieren derechos y aún más, pero, sin asumir en ningún momento, esta responsabilidad, que no es obligatoria de realizar, aunque alguien con dos dedos de frente, la pondría en práctica; es la misma lógica que el que es padre y cuida de su hijo, ha adquirido una responsabilidad, y tendrá que cuidar de él hasta sus últimos días.
Nacer con esta capacidad de pensar y razonar, es un privilegio que hay que pagar, hay que estar a la altura, pues nada, nada, se da en la biología, de una manera gratuita, todo tiene su finalidad (y no estoy metiéndome en temas espirituales). Si la flor no se abriera cada día, si el insecto no la polinizara, no lo decidieran, por así decir, el mundo se acabaría (no es broma, esto es verdad), pero estos seres vivos hacen su función, la finalidad que la vida les ha otorgado.
De esta manera, todo lo vivo entra y obedece en este ciclo que lo equilibra todo, sin embargo, cuando llegamos al ser humano, a la cumbre más alta de la evolución, ¡vaya!, este mete la pata, y elude sus responsabilidades y funciones con la vida y el planeta. Por eso, las personas que no se implican en hacer el bien, en ayudar, en cambiar, están faltando a este principio fundamental del universo, y todo se desequilibra, por nuestra culpa; así está el mundo, invadido por nuestro hedor pestilente, lleno de egoísmos y pasotismos.
Las personas tienen que entender que este cambio de vida, aunque se piensa de una manera global, es un cambio personal, cada individuo, debe examinar el estilo de vida que lleva y reconducirlo; esto es un compromiso de todos, pero que se inicia contigo, en singular. Y toca todos los ámbitos de tu vida, la alimentación, la educación, las relaciones, la ayuda, la empatía, la igualdad, el respeto, el medio ambiente, entre otros, son pequeñas metas que debemos transformar a mejor, sin mirar si el de al lado está haciéndolo, ¿entiendes?.
Es un compromiso con la vida, con la tuya, como cuando alguien se casa y adquiere este pacto con otra persona; tú y el mundo, el mundo y tú, una misma cosa, poder sentir el planeta y la vida que hay en ella, como un enlace nupcial. Tomando como adulto el sitio que te corresponde en la naturaleza, el más alto, ¿no te parece bonito?, estás arriba y debes velar por la vida, tienes una gran misión importante, ¿la vas a seguir desperdiciando?.
Aquí no valen justificaciones ninguna, - es que no tengo tiempo para nada, mis hijos me absorben por enter@ -, muy bien, pues intégralos en este compromiso, llévatelos a ayudar a los pobres, a rescatar animales vagabundos, mételos en algún voluntariado, llévalos a que conozcan el asilo de ancianos, planta un árbol con ellos y enséñale el respeto por la vida, incúlcale el odio al dinero, el respeto a los demás, no digas palabras malsonantes delante de ellos, no critiques cuando estén presentes, enséñales otra manera de alimentarse y no les mientas, muéstrale la realidad, lo bueno y lo malo. ¿Acaso no puedes hacer esto?, no tienes excusas que no sea, que no te dé la real gana.
Hay mucho por hacer, gente que no ha tenido tu suerte, que no paran de llorar porque nadie les ayuda, personas que se sientes terriblemente solas, animales muriéndose en las calles de tu barrio, problemas que están buscando una solución, te buscan a ti para solucionarse, ¿a qué esperas, a que los políticos hagan algo?, pues entonces todo seguirá igual, a los políticos hay que castigarlos en las urnas, y ni siquiera ahí, eres valiente… ¡Señor, que desastre!.
Piensa bien lo que quieres ser, todos podemos cambiar y ocupar el lugar que nos pertenece en este mundo, eres importante, haces falta, y la parte que te toca por hacer, si no la haces, nadie la hará... No sigas dándole la espalda a la evolución, ¡empieza hoy!.
Gracias por el llamado a la acción. Tenemos la obligación de dejar este mundo mejor que como lo recibimos.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
ResponderEliminarQie cada uno aga lo qie pueda un peqieño gesto quizás sea insignificante pero una suma hacen un todo. Y aunque hay muchas cosas qie hacer personalmente creo que una de las principales es repartir esperanza. Cuando uno tiene esperanza tiene ilusión, cuando uno tiene ilusión se siente vivo y si se siente vivo es cuando actua y jace cosas y tiene motivación. Yo personalmente aprender principios de la biblia me ha ayudado eporn ese aspecto, eso suelo compartirlo, ya se que no iba por ahí la cosa. Peemiteme que me disculpe. 😙
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