¿Qué les pasa a nuestros jóvenes?, no respetan a sus mayores, desobedecen a sus padres, ignoran las leyes y crean disturbios en las calles inflamadas con pensamientos salvajes. Su moralidad decae, ¿qué será de ellos?.
No veo esperanza para el futuro de nuestra gente, si dependen de la frívola juventud de hoy en día, pues ciertamente todos los jóvenes son salvajes más allá de las palabras… Cuando yo era joven, nos enseñaban a ser discretos y respetar a los mayores, pero los jóvenes actuales son excesivamente ofensivos e impacientes a las restricciones… porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible.
Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos, ellos, no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y les faltan al respeto a sus maestros, son simplemente malos.
Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres; el fin del mundo no puede estar muy lejos.
Esta juventud está malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos, ellos jamás serán como los de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura.
…
Todo esto que has leído, y que puede describir la situación actual que muchas personas piensan sobre los jóvenes de hoy en día, no es de mi puño y letra. Estos fragmentos de textos, cada uno, corresponde a un autor muy reconocido de hace muchísimos siglos atrás, como Platón (470 - 399 a. C.), Hesíodo (700 a .C.), Sócrates (470 - 399 a .C.), un sacerdote del 2000 a.C. y a un escrito en un vaso de arcilla descubierto en las ruinas de Babilonia más de 4.000 años de antigüedad.
Por tanto, estamos hablando de que la crítica a la juventud es tan antigua como el propio hombre, sin embargo, al leer estos textos, parece que sean actuales, que corresponden de manera inequívoca a estos tiempos que vivimos. La verdad, es que por mi parte, aunque puedan parecer que tienen toda la razón, yo creo que no es así, y si en parte lo es, no es culpa de la juventud, más bien es nuestra.
Los jóvenes y su maravillosa adolescencia, se caracteriza por ser una época desenfrenada, en donde todo es posible, el peligro parece no existir, al menos para ellos. Un tiempo de contradicciones, de descubrimiento interior, gran inventiva y crecimiento personal, podemos decir que es el momento en el que la persona se forma, al igual que se añade un metal incandescente dentro de un molde, que se enfría lentamente, hasta que toma cuerpo; luego no queda más que retirar la envoltura, para ver que se ha formado durante este tiempo.
¿Y qué vas a esperar cuando veas el resultado?, ¿un ser humano perfecto, educado, trabajador y con ilusión por la vida?, pues eso dependerá de lo que la sociedad y tú en particular le hayas ofrecido, mientras se enfriaba dentro de este molde. Piensa, ¿qué crees que puede salir si miras a tu alrededor, si miras dentro de ti como padre, madre, educador o como ciudadano?, ¿no pretenderás que de un manzano broten plátanos, verdad?.
Yo siempre estoy del lado de la juventud, pues ellos son el motor del mundo, tienen aún la capacidad, la fuerza y la creatividad para cambiar esta sociedad. Pero parece que a los adultos, les gusta mucho criticarlos, como en estos textos antiguos; ahora la famosa generación “nini”, ni estudia ni trabaja, un ejército de jóvenes que parecen tener una rebeldía destructiva y un egoísmo tal, que da miedo pensar, que ellos sean el futuro que controlará este planeta el día de mañana.
¿Por qué piensas que son así?, ¿acaso porque su naturaleza es malvada?, no como tú, que eres buen@, educad@ y siempre has hecho las cosas bien, entre otras, educar perfectamente a tus hijos. ¿A quién pretendes engañar?, por nuestra culpa y por dejarnos manipular por los políticos, los líderes religiosos y demás poderosos que tanto daño hacen, hemos llevado a nuestros jóvenes al borde del colapso. Fíjate bien, ¿realmente puedes achacarles algo?, los estamos envenenando cada día con una enseñanza casi inexistente, porque no tenemos tiempo de nada… ¿recuerdas?, sus verdaderos padres son los móviles, las tabletas, la televisión y el ordenador, todo conectado a internet; un mundo de información no clasificada, está en sus manos, sin saber cómo procesarla.
Una educación light, donde los padres agasajan al niño con todo tipo de comodidades y regalos, sin enseñarles la crítica, el autocontrol y el esfuerzo por conseguir las metas en la vida. Padres de foam que recubren a sus hijos de inseguridades, miedos y frustraciones personales, que no predican con el ejemplo, y les hacen ver que fumar o beber alcohol es bueno (pues lo hacen ellos), que se puede ir a más velocidad de la permitida en el coche, que insultar es normal, y que mirar por uno mismo es lo que hay que hacer ante todo.
Pobres jóvenes machacados, que se les dice en teoría como hay que comportase en el mundo y luego ven que eso no concuerda con la realidad, que observan como estudiando ya no se consigue un trabajo y es mejor entrar en el programa de televisión de Gran Hermano o vivir trapicheando, como ocurre con esta maldita idiosincrasia española. Experimentan la frustración de sus mayores y miran como en sus trabajos están explotados, que el futuro hace tiempo que se volvió negro y si eres de familia pobre, es casi imposible que llegues a ganar dinero de verdad.
Obligados a vivir tradiciones, muchas de ellas retrógradas y dañinas, sin darle la posibilidad de elegir en sus vidas… realmente nosotros no cuidamos a los niños… los torturamos hasta que se hacen mayores, hasta que están tan encarcelados como nosotros… ¿no te da pena?... reventar así a la juventud, a tus hijos…
Ellos pierden el norte, porque nosotros los hemos mareado, como hicieron con nosotros antes, ¿qué vamos a hacer?, repetir y repetir por los siglos de los siglos la misma estupidez…
Estamos a tiempo de revertir esta situación, hay que darle un papel importante a la juventud, guiarla, pero no obligarla a caminar por nuestros senderos llenos de mierda, corrupción y muerte. No dejemos que se manchen las manos de sangre, como las tenemos manchadas nosotros, démosles las herramientas de nuestra experiencia, para que ellos construyan un mundo diferente, mejor, distinto al que tenemos en nuestra cabeza los adultos, donde sean los jóvenes de ahora los que manden en nuestras vidas y no al revés… pasar el testigo generacional antes de que se perviertan con la sociedad que hemos creado, para que por fin nazca algo nuevo… ¡apártate, quítate de en medio de una vez y deja de molestar a la juventud!, que viene cargada de ilusiones y buenos proyectos… deja de obstaculizar el cambio con tu mente enferma, ¡échate a un lado y deja pasar página de una vez por todas!, no menosprecies a los jóvenes… solo ellos pueden hacer, lo que nosotros no pudimos.